-¿Encadenados?, que palabra tan fea.
-Pero es la verdad...
-Pues será tu verdad, porque yo no estoy de acuerdo
-¡Ah!, ¿no?
-No, yo no me siento encadenada a nadie.
-No te habrás dado cuenta todavía, pero lo estás.
-Si tú lo dices.
-Sí, lo digo... y es que hasta los pájaros están encadenados al cielo.
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