Pues imagínate que llenamos uno con un millón de bolas con los nombres de todos los hombres del mundo y uno, solamente uno con tu nombre. Pues estoy segura de que al meter la mano en ese bombo sacaria tu nombre, aunque me empeñara en buscar otro, aunque metiera nombres repetidos para hacer trampa, sacaría el tuyo. Y eso es lo que yo entiendo por suerte.
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